Sinopsis.
Un
escritor en horas bajas es incapaz de escribir nada decente. El éxito
comercial de su última novela parece haberle arrastrado hasta un bucle
de inseguridad que lo mantiene bloqueado ante la página en blanco. Se
obliga a tomar unas vacaciones y aislarse durante un tiempo en la Sierra
de Cádiz, un retiro espiritual donde olvidarse de la presión de la
editorial, de las facturas sin pagar y de las llamadas telefónicas
constantes. Con el paso de los días descubre que, en la cabaña donde se
aloja, aparece un nuevo número pintado en la pared cada mañana. Una
cuenta atrás sin explicación aparente que termina sumiéndolo en la mayor
de las obsesiones. Es probable que su vida corra peligro y el tiempo
apremia. Los números no perdonan. Una crisis creativa, un cambio de
escena, sucesos misteriosos, muerte, amor y reconciliación con uno
mismo. Todo ello con un sabor profundamente rural y gaditano, contado
con una narrativa fresca, ágil y sin tapujos. Estos son rasgos
distintivos de Fopiani que lo hacen destacar dentro del género con
toques ligeramente underground. La Carcoma es un pueblo, pero también
una metáfora.
Reseña.
Lo
primero que me ha gustado de este libro es el prólogo, algo que se ve
cada vez menos en este tipo de novelas y que creo que casi nadie lee
porque no deja de ser un “dar cera al escritor de la obra”. Pero mira tu
por donde en este caso viene firmado por Benito Olmo y
eso ya son otras palabras. Cuatro páginas escritas cono si se tratara
del comienzo de una novela, que bien podría serlo, y que nos dejan ya
con las ganas de comenzar la lectura aun más si cabe. Así si da gusto
comenzar una novela.
Este
verano ya son dos las obras leídas en que el punto de partida es un
escritor en “horas bajas” y los editores acosando. Habrá que preguntarse
si en vez de un recurso de los escritores no serán casos reales…
Entrando
en materia comentaré que este es un libro de esos que se pueden leer de
un tirón casi sin darte cuenta y uno de los motivos es la cuenta atrás
que mueve el argumento, una cuenta atrás que obsesiona a Ramses en su
retiro en la cabaña del pueblo gaditano de La Carcoma, donde la
inquietud y la desesperación le harán temer por su propia vida. Este
recurso narrativo nos atrapa al igual que ocurre con las películas donde
vemos como el protagonista ha de resolver el conflicto o desactivar un
artefacto antes de que se produzca una catástrofe y no podemos dejar de
mirar.
Fopiani
crea unos personajes bien caracterizados que se mueven por la novela
con soltura, cada uno en su espacio y con su personalidad. El escritor
Ramsés, venido a menos y con problemas de autoestima, con un pasado nada
memorable y que le pasará factura y un afán por encontrar de nuevo el
camino del éxito, más bien en el plano personal que en el profesional y
el agente Loredo, un Guardia Civil con un problema en el habla, que
utilizará métodos poco profesionales para su particular investigación de
los extraños sucesos que ocurren en la cabaña. Junto a estos personajes
principales los secundarios, los habitantes de La Carcoma, que no serán
precisamente amables con este extraño que se ha alojado en su pueblo,
complementan esta novela a camino entre el misterio y la novela negra.
Como
comentaba antes, el formato de cuenta atrás hace que el ritmo se
mantenga in crescendo. Los capítulos del libro forman esa cuenta
regresiva durante la cual Ramsés, una vez alojado en la cabaña que le ha
prestado un amigo para encontrar la motivación perdida para su nueva
novela, se verá arrastrado a descubrir el misterio de los números que
aparecen cada día en la cabaña. De lenguaje directo, sin artificios, y
adecuado al estrato social de los personajes (entrañable el mecánico).
Con una amplia riqueza de elementos y gran variedad de detalles en los
que entretenerse, con pequeños giros que harán que no sospeches quien es
el culpable porque hay varios candidatos en esta trama con mucho
suspense hasta el final.
Bien
ambientado en el mundo rural (¿existe la novela negra rural?), con unas
descripciones de las situaciones y el entorno bien elaboradas, no
exento de un humor muy sutil y unos diálogos bien construidos que además
dejarán algunas conversaciones memorables.
Quizás,
y solo quizás, echo en falta que en el desenlace hubiera tenido un
mayor protagonismo la causa, no el causante, y conocer mejor los
argumentos que llevan a esta situación antes de resolverla.
En
definitiva, un libro muy ameno, de lectura ágil, de los que enganchan,
lleno de misterio al más puro estilo clásico, con una trama bien
elaborada, personajes creíbles y sobre todo bien desarrollada y
resuelta. Habrá Daniel Fopiani para largo, ya veréis.
El autor.
Daniel Fopiani Román,
militar y escritor nació en Cádiz el 21 de marzo de 1990. Trabajó
cobrando dos duros, como mula de carga y vendedor de pipas a tiempo
parcial para el estadio de fútbol Ramón de Carranza. En 2008 terminó sus
estudios de bachillerato ingresando de forma inmediata en las Fuerzas
Armadas, obteniendo el galón de soldado en el real y glorioso cuerpo de
Infantería de Marina. Curioso e incansable, decidió compaginar su deber
como militar y los estudios, por lo que comenzó la carrera de magisterio
en la Universidad de Puerto Real. En 2012 logra una plaza para la
escala de suboficiales de la Armada, siendo actualmente Sargento de
Infantería de Marina.
Con
múltiples premios literarios en su haber, forma parte de diversas
antologías de relatos, colabora como columnista en varios periódicos y
es director de la Revista Cultural RSC.
Premio
Valencia Nova de Narrativa, de la Institució Alfons el Magnànim-Centre
Valencià d’Estudis, con la novela “La Carcoma” (2017) Escritor en Zenda
libros (2017)
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