Alegría, de M. A. Carmona del Barco

 Alegría, de M. A. Carmona del Barco

Sinopsis.

Alegría no quiere ser como su madre. Ha crecido al borde de un abismo y se aferra a sus estudios y a su trabajo para no caer en él. Pero llega Mario, criado a base de golpes y humillaciones, tan fuerte y a la vez tan frágil. Abraza como un rosal, que huele bien y se clava en la piel. Al primer pinchazo, Alegría intenta zafarse, pero el rosal se ha transformado en zarza. Ya no sabe salir. Ese mundo nuevo —de camaradería adolescente, tardes en la piscina y descubrimiento del sexo—, se convierte en prohibido porque a ella ya no le corresponde mundo alguno: ella ya es solo un elemento, una posesión más, en el mundo de Mario.

Reseña:

Que el titulo no nos llame a engaño, dentro de las páginas de Alegría hay una historia dura y certera que duele conforme avanza, aunque también deja un rastro de esperanza que ilumina todo el recorrido.

Alegría es una historia construida con pedazos de historias de mujeres reales maltratadas a las que el autor entrevistó para crear un personaje creíble y fácilmente reconocible en la piel de tantas mujeres que sufrieron (y siguen haciéndolo) el maltrato dentro de sus hogares.

Ambientada durante la década de los noventa y adentrándose hasta dos mil tres, la historia de Alegría, contada por ella misma,  es una lucha constante por salir de un mundo al que se pertenece por circunstancias y no por propia elección. Y es que Alegría no eligió nacer en una familia desestructurada a base de malos tratos, como tampoco lo hizo Mario, quien sufriera de pequeño ese maltrato en sus carnes, y sin embargo acabará convirtiéndose en lo mismo que su progenitor.

Junto a la protagonista hay un grupo de personajes, dispares y variopintos, pero que reflejan en su totalidad el mundo que rodea a las personas maltratadas: aquellos que lo saben y no hacen nada porque creen que eso es lo “normal”, los que ofrecen ayuda pero sin mediar mucho más allá, y los que sin alzar la voz intentan una y otra vez que todo cambie. Pero para que se produzca el cambio la victima tiene que darse cuenta y aceptar que lo es, y solo así podrá salir de un círculo en el ella siempre cree ser la culpable de todo lo que le ocurre.

Varias veces a lo largo de la lectura dan ganas de adentrarse en sus páginas y decirle a Alegría que despierte, que huya y que recomponga su vida lejos de todo lo que supone un lastre que pone en peligro su vida y la de sus hijos. Pero es un libro y hemos de permanecer en este lado hasta el final como meros testigos de auténticas barbaridades.

Podía Miguel Ángel haber creado una historia con un feminismo exacerbado (los tiempos casi mandan), y sin embargo elige hacerlo con una voz femenina comedida y tan realista que se cuela en el alma en cada página. Una historia de emociones, desgarradora a ratos, donde la seducción y el amor, la ternura y la ignorancia, dan paso a la opresión y la frustración en un carrusel de emociones que se entremezclan con los sentimientos siempre al borde de un abismo.

Los personajes principales, Alegría y Mario, son tan representativos de esta forma de maltrato que respiran autenticidad en cada palabra y en cada gesto, recreando esta relación de amor y odio, de posesión y pertenencia, con una prosa directa y sin artificios, casi hiriente en algunos momentos y en la que no falta una ambientación perfectamente  retratada como si fuese tan solo una novela costumbrista de dos adolescentes viviendo su juventud en un pueblo extremeño. Alegría encierra dentro una historia conmovedora y muy dura en la que también hay un hueco para la esperanza.

Una novela que ojalá tenga un largo recorrido y pueda servir como detonante para que aquellas mujeres que aún creen que lo que viven en sus hogares no es maltrato lo vean como tal y puedan decidirse a dar ese paso tan liberador y del mismo modo para que si algún hombre se ve reflejado en las acciones de Mario se vea al fin como lo que realmente es y pueda aún deshacer el camino de la violencia machista.

Alegría

El autor:

Miguel Ángel Carmona del Barco (Monesterio, 1979) es licenciado en Humanidades y diplomado en Biblioteconomía y Documentación. 

Ha publicado KUEBIKO (Pre-Textos, 2018), novela con la que obtuvo el XXXV Premio de Narrativa Vicente Blasco Ibáñez–Ciudad de Valencia (2017) y posteriormente premiada en el Festival du Premier Roman de Chambéry, en 2019, como la mejor ópera prima en español de 2018. 

Ha publicado también el libro de relatos Manual de autoayuda (Salto de Página, 2016), que fue finalista del premio Setenil en 2016.

Actualmente dirige el Centro de Estudios Literarios Antonio Román Díez (CELARD), donde imparte talleres y cursos de escritura, y coordina varios programas de fomento de la lectura y Libros como el Viento. Además, imparte talleres de microrrelatos en el marco de las actividades del Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura y en la Escuela de Administración Pública de Extremadura.

Además de los premios de novela mencionados y de numerosos premios literarios de relatos, Alegría obtuvo el XXIV Premio de Novela Ciudad de Badajoz (2020).

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