Entrevista a Javier Rovira, autor de Los amigos fieles: “La memoria es un arma de doble filo, y nadie sale ileso”
Javier Rovira es pianista,
profesor y escritor español. Con una narrativa cuidada, emocional e intensa, ha
destacado por su capacidad para retratar las complejidades de las relaciones
humanas. Los amigos fieles es su última novela, donde combina misterio,
memoria y denuncia social.
En Los amigos fieles, Javier Rovira nos sumerge en una
historia marcada por la nostalgia, las traiciones y el peso del pasado. A
través de un verano en el Cabo de Gata, el autor construye un universo de
emociones contenidas, secretos enterrados y vínculos que duelen. En esta
entrevista, hablamos con él sobre el origen de la historia, sus personajes y
los temas que la atraviesan.
Una barca, un maniquí... y un verano que lo cambia todo
1. Javier, si tuvieras que contarle a alguien qué es Los
amigos fieles sin spoilers, ¿cómo lo describirías en pocas palabras?
Nada más abrir el libro, los lectores encontrarán a dos parejas, amigas además desde la adolescencia, que veranean en San José, el pueblo más turístico del Cabo de Gata. Cuando están a punto de volver a Madrid, el hijo de una de esas parejas desaparece y, casi al mismo tiempo, un extraño maniquí llega en barca a una cala de la zona. A partir de ahí, se abrirá un tiempo de espera en el que salen a la luz tanto la verdad de los días previos y supuestamente idílicos como las traiciones y mentiras de un pasado que se remonta al Madrid de los 80. Encontrarán también mucha música de esa década mítica, una historia de desamor que recorre todo el libro, una denuncia social y, muy especialmente, un estudio del daño que en ocasiones nos pueden hacer las personas cercanas.
2. ¿De dónde salió esta historia? ¿Fue una imagen, una
escena, un personaje...? ¿Cómo arrancó todo?
Suelo trabajar con imágenes, sí, escenas que me llegan de
fuera o surgen espontáneamente y tras las cuales intuyo que puede haber una
historia. En este caso, se trata de una pareja haciendo el amor en una cala
perdida del Cabo de Gata y la aparición, en el momento menos oportuno, de una
barca con un maniquí dentro. A partir de ahí se empezó a configurar toda la
historia, fui tirando del hilo y surgió todo un mundo.
3. Los personajes tienen una carga emocional fuerte, pero
nunca se dice todo directamente. ¿Fue intencional ese tono contenido? ¿Te costó
encontrar ese equilibrio?
Más que intencional, yo diría que esa es mi manera natural
de escribir. Yo creo que no es necesario explicar todo con pelos y señales, o
al menos a mí no me gusta que lo hagan cuando leo. Prefiero la sugerencia, ir
dejando pistas para que el lector lea entre líneas y capte toda la complejidad
de lo que pasa. Las relaciones humanas son poliédricas y están tan llenas de
matices, de luces y sombras, que prefiero mostrarlas más que explicarlas.
La amistad también conoce la envidia, la traición y la venganza
4. La amistad entre los protagonistas tiene momentos muy
intensos y otros casi silenciosos. ¿Te inspiraste en alguna relación real? ¿Qué
querías explorar con esa dinámica?
Creo muy sinceramente que la vida es como un gran patio de
colegio. Sé que la frase no deja de ser un lugar común, pero conforme pasan los
años lo veo cada vez más claro. En los colegios, en la infancia quiero decir,
los mejores amigos sienten también sus pequeñas envidias porque uno es más
listo o más guapo o es mejor en el fútbol; y como tienen envidia se la juegan
al otro en cuanto pueden, nada serio, alguna travesura sin más; y el otro,
dolido, se defiende y elabora a su vez su pequeña venganza. ¿O no es así? Nada
de esto es grave y aprendemos a vivir con ello, a manejarnos y portarnos bien.
Pero estamos hablando de envidia, de traición, de venganza, términos muy
shakespearianos que, en el caso de estos amigos fieles que nos ocupan, se
exacerban y los llevan a cometer actos muy poco edificantes. Yo creo que en ese terna (envidia, traición, venganza) reside una de las claves más importantes
del libro, y quizá de ahí venga esa alternancia de tensión y silencio que
mencionas.
Me interesa muchísimo. A fin de cuentas, eso es lo que
somos, ¿no? Todos los personajes del libro están marcados por su pasado y, sin
querer justificar sus actos más deplorables, sí que he querido mostrar por qué
se comportan así. Y luego están los «paraísos perdidos», ese tema universal que
a mí me emociona tanto y que de alguna forma aparece en todo lo que escribo. En
Los amigos fieles también está: los protagonistas fueron felices juntos
en un tiempo lejano, y luego, por mucho que lo intenten, les es imposible
recuperar ese momento.
6. ¿Tenías claro desde el principio cómo iba a terminar la
novela, o el final fue tomando forma con la escritura?
No, no lo tenía nada claro. Como he dicho antes, parto de
una imagen y dejo que la historia crezca a través de los comportamientos de los
personajes y del empuje de la estructura férrea que yo mismo me impongo. Luego,
si va bien, solo si va bien, todo se va trenzando y adquiriendo consistencia.
Pero prefiero que la historia me sorprenda tanto como le puede sorprender al
lector, así que el final fue cristalizando, como tú bien dices, con el proceso
de escritura.
7. Hay momentos muy cinematográficos en el libro, escenas
que se sienten casi como una película. ¿Te lo imaginabas así mientras
escribías? ¿Tienes alguna conexión con el cine?
Mi conexión con el cine se limita a la de cualquier
espectador, y la verdad es que no pienso en ello mientras escribo. Es verdad
que procuro concentrar la acción de cada capítulo como si fuera un plano
secuencia, pero de ahí a pensar en el cine…, no, creo que no. Lo que sí veo muy
cinematográfico es el entorno, porque no hay nada más fotogénico que el Cabo de
Gata.
8. ¿Hay algún personaje con el que sientas una conexión
especial? ¿Alguno que te costara más escribir o entender?
Como escribo en tercera persona, pero cediendo el
protagonismo a un personaje por capítulo, acabo metiéndome muy a fondo en todos
ellos para intentar entenderlos, de manera que me es muy difícil contestar a
esa pregunta porque con todos procuro conectar. En cualquier caso, te diría que
Lucía me interesaba especialmente, quizá porque es la más silenciosa y la que
más dolor guarda, y también confieso que me divertí mucho con el golfete de
Martín.
9. Como temas de denuncia social aparecen en la novela algunos de los que más impacto tienen en las sociedad actual como la inmigración o la trata de mujeres ¿Cómo ha sido el proceso de documentación para su inclusión en la novela?
Es un tema terrible con el que he querido mostrar la cara
más oscura del Cabo de Gata. Porque allí, como todo el mundo sabe, no solo
llegan turistas, sino también pateras con muchas tragedias dentro. En cuanto a
la trata de mujeres, en concreto de chicas nigerianas que vienen a Europa
engañadas para ser explotadas sexualmente, basta con teclear en Internet y la
información que aparece, desgraciadamente, es apabullante. Nada de lo que cuento
ahí es inventado: las mamis, el juju, el viaje infernal por el desierto, las
redes que de vez en cuando caen en manos de la justicia…
10. ¿Qué te gustaría que le quedara al lector cuando cierre
la última página de Los amigos fieles?
Me gustaría que se sintiera conmovido, porque aunque es una
novela negra con su parte de intriga, sus delitos y su denuncia social, yo la
he escrito sobre todo como una novela de personajes, de emociones y de
sentimientos encontrados, así que me gustaría que se quedara con eso más que
con la intriga o la acción que la historia pueda contener.
A veces las relaciones más duraderas son también las más peligrosas
11. Más allá de esta novela… ¿cómo es tu rutina como
escritor? ¿Escribes todos los días, a ciertas horas, en algún lugar especial?
Escribo todos los días si tengo algo entre manos, y en esos
casos soy bastante obsesivo y disciplinado: primeras horas de la mañana para
escribir, y el resto para revisar, documentarme y corregir.
12. ¿Qué tipo de libros te gustan como lector? ¿Hay alguno
que te haya marcado especialmente o que siempre recomiendes?
Suelo leer mucha literatura anglosajona, con especial
predilección por la americana y la irlandesa, aunque mi libro fetiche es
británico, Expiación, de Ian McEwan, al que añadiría también El gran
Gatsby.
13. Y ya que estamos: si pudieras tomar un café con
cualquier personaje de ficción (tuyo o de otro autor), ¿a quién elegirías y por
qué?
De los míos claramente con Ángela, una de las protagonistas
de Mala mar, creo que nos entenderíamos muy bien. Y sería un gran honor
conversar un rato con Frank Bascombe, el gran personaje de Richard Ford, pero
eso son ya palabras mayores.
Muchas gracias Javier.
Si te ha gustado esta entrevista y quieres saber más acerca de los amigos fieles, puedes leer mi reseña en este enlace.
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